Tarta de queso
Un postre básico. Realmente es una tarta de queso con un sabor muy, muy suave. No es nada complicada de elaborar (creo que os gustan más las recetas fáciles) y permite múltiples modificaciones en su cobertura. Para la de hoy, he optado por una mermelada de frambuesas, pero, si no os gusta, o no disponéis de este ingrediente, siempre podéis cambiarlo por cualquier otra variedad de mermelada o incluso por trocitos de fruta fresca. Eso ya lo dejo a vuestra elección.
Ingredientes:
- 2 sobres de cuajada (tipo Royal)
- 8 cucharadas soperas de azúcar.
- 8 quesitos en porciones
- 2 yemas de huevo
- 3 cucharadas soperas rasas de harina
- ¾ de litro de leche
- Bizcochos de soletilla (de los blanditos, que son como bizcocho casero, o bien una plancha de bizcocho finita)
- Mermelada de frambuesa
En primer lugar, ponemos en una cazuela los polvos de preparado para cuajada, el azúcar, los quesitos, los huevos y la harina.
Añadimos la leche y pasamos la mezcla por la batidora hasta que esté todo batido y bien ligado, sin apenas grumos.
Ponemos la cazuela al fuego (mejor a fuego medio, aunque podéis empezar con un fuego más fuerte y bajarlo a fuego lento cuando empiece a espesar) y vamos removiendo sin parar (para que no se pegue ni se formen grumos), como si fuese una crema, hasta que adquiera consistencia cremosa (tiene que espesar un poco).
Cuando esté suficientemente espesa (tampoco es necesario que sea mucho, sólo con un poco de consistencia), lo echamos en un molde y colocamos los bizcochos por encima, hundiéndolos un poquito, para que penetren en la masa, sin que lleguen a cubrirse, sólo los bordes.
Dejamos enfriar y metemos en la nevera (tiene que reposar en el frigorífico al menos 4 horas en total antes de desmoldar). Desmoldarla es muy sencillo: pasamos un cuchillo por los bordes y damos la vuelta sobre la fuente en que vayamos a servir.