Tarta de galleta y dos chocolates
Este post es un homenaje a todos los golosos y golosas, amantes del chocolate y de las galletas. Me gusta hacer esta tarta para los cumpleaños porque suele gustarle a todo el mundo. Es una receta que llevo haciendo desde hace varios años y no me canso de ella (como a veces me pasa con otros postres), porque puedes introducir pequeñas modificaciones para darle otro toque cada vez, jugar con la decoración, vamos, que la receta ofrece muchas posibilidades para reinventarla. Saboreadla bien, porque está deliciosa.
Ingredientes:
- 2 huevos
- 250gr de azúcar
- 250gr de mantequilla
- 225gr de chocolate blanco
- Galletas cuadradas o rectangulares (para esta tarta yo utilicé unas 76 galletas, si no me equivoco, pero va a depender del tamaño y forma del molde en que las coloquéis, y conviene tener de sobra por si se os rompe alguna)
- Leche
- 4 cucharadas de cacao en polvo (para hacer chocolate a la taza).
Separamos la clara de la yema de los huevos, y batimos las yemas con el azúcar y la mantequilla, hasta que quede una mezcla homogénea.
Derretimos el chocolate blanco al baño maría, removiendo para que no se nos queme y dejamos que se temple.
Cuando esté tibio, lo incorporamos a la mezcla anterior, junto con las claras a punto de nieve y movemos bien para que quede todo bien ligado.
Mojamos las galletas en leche y las vamos colocando en la fuente o bandeja en que vayamos a presentar nuestra tarta (mojarlas en leche poco a poco y rápido, porque si no se romperán las galletas).
Vamos alternando una capa de galletas y otra de la masa de huevo, azúcar, mantequilla y chocolate. Pondremos tantas capas como dure la mezcla, terminando con una capa de galletas.
Echamos un vasito de leche en un cazo y ponemos a fuego junto con el cacao en polvo removemos hasta que espese y se haga chocolate (que sea más bien espeso, tened en cuenta que es para cubrir la tarta, no para beber). Dejamos que se enfríe.
Una vez que el chocolate esté frío, cubrimos la última capa de galletas y decoramos como más nos guste (con nata, merengue, fideos de colores, virutas de chocolate,…).
En este caso yo he optado por decorarlo con salpicaduras de chocolate blanco. Para ello, del chocolate blanco que derretí, separé una cucharadita que diluí al fuego con un pelín de leche. Lo he dejado enfriar y lo he salpicado con la cucharilla como si fuese un cuadro abstracto.
Doy fe de que ha quedado estupenda.