Concha rellena de bechamel de sardinilla
El otro día me di cuenta de que, por diferentes circunstancias, llevaba demasiado tiempo sin hacer una buena compra. Un experimento y pocos ingredientes con los que cocinar dieron como resultado este plato: una receta sencilla, diferente y pensada para emergencias. Evidentemente no es un plato de concurso, ni tampoco es digno de un menú para agradar o enamorar a nadie, pero es ideal cuando a tu despensa le han salido telarañas. Una recomendación: pensad en dos conchas de vieira por persona y un primero delante, porque es un plato ligero, ligero y no quiero que os quedéis con hambre.
Ingredientes (para cuatro vieiras):
- Cuatro conchas de vieira
- Una lata de sardinillas en aceite
- Aceite de oliva
- ½ cebolla
- 1 cucharada y media de harina (o dos rasas)
- 1 vaso y medio de leche
- Sal
- Pan rallado
- Pimienta negra
- Hierbas aromáticas
- Ajo en polvo
- Un par de lonchas de queso
Abrimos la lata y escurrimos el aceite. Colocamos las sardinillas en un plato y las machacamos con un tenedor.
Por otro lado, iremos haciendo una bechamel. Ponemos un cazo con aceite al fuego y pochamos la cebolla hasta que esté doradita. Añadimos la harina y removemos para que se haga.
Bajamos el fuego y vamos echando la leche (del tiempo, no fría) poco a poco y removiendo bien para que no se hagan grumos.
Cuando esté todo ligadito y sin grumos, echamos sal (una pizca, porque las sardinillas ya llevan sal habitualmente), retiramos del fuego y añadimos las sardinillas machacaditas. Removemos bien para que se mezcle todo y rellenamos las conchas de vieira con una cuchara. Espolvoreamos con pan rallado condimentado (esto es un pan rallado al que hemos añadido un poco de ajo en polvo, pimienta y las hierbas aromáticas, todo mezcladito) y ponemos encima las lonchas de queso en trocitos.
Gratinamos en el horno (250º, 15 minutos, aproximadamente) y servimos con una rica ensalada de lechuga.