La cocina de mister huevo

Un nuevo día 20 y no quería dejar de participar en el Desafío (he estado out un par de meses, circunstancias de la vida, así que intentaré retomar el ritmo natural del blog a partir de ahora). En esta ocasión, Carolina, del blog “Tomillo y laurel y otras cosas de comer” nos ha propuesto hacer un poke cake: un bizcocho “apuñalado”, agujereado o inyectado. Yo he decidido hacer un poke cake de gelatina de frambuesa y nata. He de reconocer que tenía muchas ideas, pero poco tiempo, así que mi poke cake deja mucho que desear. El bizcocho está bueno y el postre en sí no está mal, pero, para mi gusto, deja mucho que desear. Quiero decir que te deja un poco indiferente, de hecho, es posiblemente el único postre que tengo en el blog que no volvería a hacer nunca (quizá cambiando los ingredientes, sí) y, en realidad, no lo publicaría si no fuese porque no quiero fallar otro desafío (lo hubiese repetido si hubiera dispuesto de más tiempo). Así que os recomiendo que vayáis directamente a ver las propuestas de mis compañer@s de Desafío en la Cocina, porque posiblemente aquí, hoy, estéis perdiendo un poco el tiempo.

Ingredientes:

• 4 huevos
• 120gr de azúcar (para el bizcocho)
• 120gr de harina
• 1 sobre de gelatina de frambuesa
• 500ml de agua
• 250ml de nata para montar
• 50gr de azúcar (para la nata)
• Fideos de azúcar de colores y oblea comestible (opcional, para decorar)

Hacemos el bizcocho como el de la tarta de crema y nata (mezclando yemas con azúcar, montando claras e incorporando la harina), y lo horneamos en un molde engrasado a 180º durante 25 minutos. Dejamos que enfríe.

Por otro lado, hacemos una gelatina (de sobre) como indica el fabricante: hervir 250ml de agua, añadir el contenido del sobre y disolver, echar el resto del agua fría y remover. Y dejamos que enfríe, de tal manera que tenga una textura gel, es decir, que no esté líquida, pero que tampoco haya gelificado del todo. Podéis enfriarlo en el frigorífico, es mucho más rápido.

Hacemos en el bizcocho unos agujeros con el mango de una cuchara de madera (de mango redondo). Si no tenéis ninguna de estas características, os puede servir igualmente un bolígrafo.

Vertemos la gelatina por los agujeros del bizcocho. Y si queréis, cubrimos con el sobrante.

Montamos la nata y le añadimos el azúcar (yo le echo poco, porque prefiero que no esté muy dulce, pero podéis echar a vuestro gusto).

Cubrimos la tarta con la nata.

Como me apetecía practicar un poco con la manga (que ando bastante pez) decidí decorar un poco la tarta, pero creo que me pasé.

Echamos los fideos de azúcar y colocamos las obleas comestibles y lista para comer.